¿Quién quiere comprarse el pleito?

Sócrates, postulaba que la democracia no tendría pilares sólidos si quiénes la representaran, no tenían la formación y la capacidad de gobernar, pensaba que hacer esto era como darle el timón a una tripulación que no sabía navegar. Las personas al frente del navío deben estar preparadas para navegar. Pensando en esta premisa ¿Sería aconsejable tener un sistema de "Escuelas de Gobierno"? Instituciones incorruptibles que puedan formar a personas intachables con capacidad de liderazgo, que puedan navegar con un rumbo. Somos muchos los que con impotencia contemplamos este juego perverso en el que parecemos estar entrampados, gobernantes populistas incapaces de gestionar, con un Estado copado de funcionarios corruptos. Es imposible avanzar sin rumbo, sin un plan nacional de desarrollo sostenible, y ad-portas de un nuevo proceso electoral, en el que una vez más sólo podremos pensar en elegir, "el mal menor". ¿Cuánto tiempo más serán privilegios de unos cuantos, el trabajo formal, tener un techo donde vivir decentemente, dando por descontado el tener todos los servicios, accediendo a la salud y a una educación de calidad? Cómo y cuándo diseñamos una ruta para formalizar definitivamente al país, pagar impuestos conforme a los ingresos de cada grupo, sector, etc. ¿En mejores condiciones los ciudadanos estarían dispuestos a hacerlo? ¿Podría ser sostenible en el tiempo? Dar fuerza al núcleo familiar, retomar los espacios para los infantes, niñas, niños, adolescentes, adultos mayores, las familias en pleno, generar un cambio trascendental socio cultural, respetando las etnias, y modus vivendi de cada grupo y de cada región. Partiendo de este respeto que se ha perdido, para lograr el desarrollo y bienestar de cada familia, de cada empresa, de cada institución, de cada ciudad, de cada región, y así de todo el país ¿Es realmente una utopía? En las cartas magnas de los países que se rigen por una constitución, existen leyes que sustentan los derechos humanos. Existen también organismos internacionales que las avalan y que deberían hacerlas respetar. ¿Hay que hacer algún cambio en ellas? ¿O lo que falta es ponerlas en práctica? ¿Debemos seguir siendo espectadores o hay algo que podemos hacer? Creo que situaciones como las que hoy vivimos con esta pandemia, nos confrontan con tantas cosas difíciles de procesar, con este Perú que vivía la ilusión del progreso y en paralelo la desilusión de ver desenmascarada a su clase política inmersa en los más escandalosos casos de corrupción. Principalmente nos confronta con nosotros mismos por el egocentrismo recurrente, la pasividad, la mediocridad, la ignorancia y la más terrible indolencia. Necesitamos de la participación de profesionales honestos que estén en condiciones morales para poder ser parte de una tripulación que se instruya en navegación y que navegue con un rumbo. Es necesario generar este cambio trascendental. Si cambiaran las condiciones, ¿te comprarías el pleito?